
En los últimos días me había estado repitiendo con las mismas recetas para el desayuno: hot cakes, chilaquiles, molletes, pan francés, cereal, huevos en sus diferentes modalidades, etc. Así que al toparme con este recetario, busqué algo que tuviera en mi despensa y "zas" que aparece esta deliciosa receta que les va a encantar.
Cabe hacer mención que no soy fanática de los huevos hervidos, pero estos tienen un sabor rico y si le agregamos un pan artesanal o un bisquet para complementar quedarán geniales.
HUEVOS A LA GRIEGA ( Agná ala elliniká)
4 huevos
2 tomates bola pelados
1 cebolla mediana picada
2 lonjas de tocino picado
1 cuchara sopera de mantequilla
1/2 cuchara sopera de mantequilla
1/2 vaso de vino blanco dulce
2 cucharas soperas de queso rallado
Gotas de limón
4 trozos de queso gruyére, manchego, oaxaca o chihuahua.
Sal y pimienta.
En un recipiente pongan a hervir agua suficiente para cubrir sus tomates bola, a los que habrán hecho una cruz en la superficie superior para pelar fácilmente. Pásenlos por el agua y retiren la cáscara, córtenlos a la mitad, retiren las semillas. Coloquen en un refractario cubierto con un poco de mantequilla o aceite.
En una sartén de teflón pongan el tocino en trozos pequeños, la mantequilla y la cebolla finamente picada y dejen freír; si creen que el tocino está soltando mucha grasa retírenla con una toalla de papel. Agreguen el harina y revuelvan bien, apaguen al agregar el vino blanco (en mi caso usé mi eterno Marsala), sazonen con sal y pimienta, mezclen esto con el queso rallado. Con esta preparación, rellenen los tomates perfectamente y metan al horno 10 minutos aprox. Si usan el microondas, que no pase de un minuto y medio.
Los huevos se preparan de la siguiente forma: en una cazuela profunda se vierten tres tazas grandes de agua, se le exprime un medio limón y se le pone una cuchara de sal de grano. Se deja hervir, al soltar el hervor se vacían los huevos uno a uno, con cuidado para evitar que se rompan. El agua debe cubrir los huevos y cocinarlos sin llegar a dejar la yema dura. Se retiran uno a uno con una espumadera y se colocan sobre cada mitad de tomate. Se cubren con las rebanadas de queso y se regresan al horno hasta que se gratine el queso. Se sirven sobre el pan de su preferencia.
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